Danza
Descripción por Walter Cammertoni
Spinoza, en su Ética, dice que «Nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede el cuerpo, es decir, a nadie ha enseñado la experiencia, hasta ahora, qué es lo que puede hacer el cuerpo en virtud de las solas leyes de su naturaleza, considerada como puramente corpórea, y qué es lo que no puede hacer salvo que el alma lo determine». Esta visión sobre la relación entre el cuerpo y la mente, adquiere una resonancia particular al ser puesta a la luz de la danza y de las posibilidades artísticas y expresivas del movimiento corporal. La leyenda de la Difunta Correa y su devenir como fenómeno popular, reafirman la incertidumbre sobre lo que un cuerpo es capaz de hacer, sentir y soportar, tanto desde la figura de su protagonista, una madre abrazada a su hijo que empujada por un amor incondicional intentó atravesar a pie un desierto, como desde la presencia de miles de creyentes y devotos que se acercan a sus santuarios y en un gesto ritual le piden por su bien y le agradecen dejándole como ofrenda montones de botellas de agua que podrían haber saciado su sed y salvarla.
¿Hasta dónde puede llegar un cuerpo empujado por el amor? ¿Cómo se materializa el amor en el cuerpo? ¿Será en forma de agua? ¿Cómo nos vinculamos con el agua de nuestro organismo? ¿Qué ocurre en nuestros cuerpos cuando sube la temperatura? ¿Cómo es el diálogo que establece nuestra piel con el sol? ¿Por qué ofrendamos agua a la Difunta mientras que el derroche y la distribución desigual de los recursos está generando una escasez de agua generalizada que puede convertir al mundo en un desierto aún más hostil que el que ella tuvo que atravesar? ¿Qué pasa con el plástico de las botellas durante los miles de años que demoran en biodegradarse? ¿Cuál es la relación entre el agua, la tierra, el sol, el plástico, la temperatura y nuestro cuerpo?
Alrededor de estas preguntas emerge esta Residencia de experimentación, improvisación y composición corporal, en la que vamos a desarrollar un proceso de investigación corporal en relación al paisaje particular de la Difunta a través de experiencias de construcciones formales colectivas que integren actores y no actores. Se trata de una propuesta de abordaje de la praxis escénica mediante la exploración de diferentes dimensiones del discurso compositivo corporal, en la que a partir de pautas de improvisación se explorará el movimiento como medio de transmisión de ideas y el cuerpo como instrumento de expresión de sensaciones y conceptos. Por las características particulares del trabajo en condición de residencia y del sugerente lugar a donde se realizará el encuentro, se trabajará intensamente aprovechando horarios diurnos y nocturnos, incorporando el paisaje a nuestro imaginario creativo (con sus particulares características de aridez, con sus colores, con sus perfumes, con su firmamento lleno de estrellas). Al mismo tiempo, se intentará interactuar con los habitantes del lugar para integrarlos a nuestro proceso artístico, a través de entrevistas y desde la observación de sus maneras de moverse y se intervendrán la arquitectura y la geografía circundantes con los cuerpos en movimiento.
La residencia está dirigida a bailarines y bailarinas mayores de 18 años que busquen profundizar en la potencialidad discursiva del movimiento. Se requiere algún tipo de entrenamiento físico previo, aunque sea básico.
